No es un adiós... es un hasta luego...

Monday, 16 January 2006

Queridos lectores,

No sé cómo empezar a escribir el revoltijo de sentimientos y de emociones que tengo en estos momentos.

El viernes fui a ver a Héctor para despedirme de él, puesto que se va a Manchester a estudiar su Doctorado en Ciencias Computacionales. Estuvimos platicando Ale, Héctor y yo en Tlaxcala de distintas cosas que habían pasado, de chaneces y experiencias de computólogos. Llegamos alrededor de las 5 pm allá. Como siempre, la fam. Pérez Urbina nos recibió a Ale y a mí muy bien.

De hecho querían que nos quedáramos a dormir ahí para el sábado regresarnos, pero simplemente me era muy difícil y decidí mejor regresar a Puebla como por ahí de las 11 pm. Todos pensaban que me quedaría a dormir, pero ahora fue distinto. ¿Por qué? Ahí les va la explicación:

Para mí las despedidas son muy difíciles (no creo que a alguien le sea fácil una despedida de quien estimas y quieres), pero debo confesar que no quise dormir allá por el simple hecho de que pensar que tu amigo se vaya y que no estará en momentos cruciales en mi vida me duele (y no de la manera mala. Sé que Héctor se va para poder conseguir un sueño y ser mejor persona y eso es muy admirable) y pues no saber manejar este tipo de sentimientos hace que me porte un poco más reservado de lo acostumbrado. Además de que no me gusta que la gente me vea triste.

Y aunque sé que hay muchísimos medios para seguir en contacto, definitivamente no es lo mismo hablar por una computadora que hacerlo personalmente (hecho comprobadísimo).

Y pues sí. Estoy triste por eso, pero por otro lado estoy muy contento de tener a un amigo que tiene una meta muy bien establecida y que por cumplir esa meta va a irse a Manchester.

Desde México Héctor, te deseo mucho éxito y ánimo en esta nueva etapa de tu vida que comenzarás dentro de muy poco tiempo. El crecimiento y la experiencia que adquieres viviendo fuera de tu casa es muy grande. Y aunque huyas (jajaja) sabes que siempre tendrás un apoyo incondicional en mí y a un amigo que está orgulloso de lo que hagas (aunque sea vendiendo tamales en la universidad jajaja).

Y antes de comenzar a ponerme más melancólico y filosófico sobre el sentido de la amistad y demás temas, me despido jajaja...

Con un pañuelo en la mano diciendo HASTA LUEGO a un gran amigo para La Base de Datos de Lalo,

Lalo.

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