Después de mi crisis existencial nerviosa tipo B (de B...endejo jaja) he regresado un poco más tranquilo mis queridos y amables lectores.
El día de hoy me encontraba limpiando y moví unos libros para cambiarlos de lugar. En uno de esos movimientos encontré 2 agendas: una es del 99 y era de esas agendas con leyendas de "Attitude" y eso, y la otra de Dilbert (el cual me agrada bastante). Estaba checando qué era lo que había yo anotado en esos momentos y me quedé impresionado.
Tenía bastantes teléfonos de gente que ahora ya no frecuento o información que simplemente no necesito, sin embargo hubo un momento en el que me transporté a mi preparatoria. Ese momento ocurrió cuando abrí la agenda y encontré una foto de unos cuantos amigos en la graduación de prepa. Entre ellos 2 de los que voy a platicar un poco más.
Definitivamente la gente cambia. Algunos para bien, y otros para mal. En ese entonces tenía una amiga muy querida a la cual, por cuidar su nombre :Ñ le llamaremos Anacleta jajaja. Algunos de los que entran a este espacio han de saber quién es, pero por cuestiones de seguridad mía tendrá un nombre artístico jajajaja... Bueno, resulta que desde secundaria ella y yo habíamos sido los grandes amigos... hasta que un día pasó lo que era inevitable: una relación duradera se echó por la borda por una acción que ella ocasionó y creyó que yo tenía la culpa. Definitivamente este hecho fue un parteaguas algo doloroso.
Hace un par de años la volví a ver gracias a que yo cai en una trampa de otro amigo al que llamaremos Procopio (uy que creativo con mis nombres artísticos jajajaja). Resulta que me habló a la casa y dejó su celular. Mi mamá lo anotó y me dijo que había dicho que me comunicara con el. Para todo esto fui al aeropuerto a recoger a mi papá ya que había salido y mandé mensaje. Cuando checo el mensaje de respuesta me dijo que no era Procopio, sino Anacleta. Yo estaba que echaba lumbre. A Procopio tampoco lo había visto en mucho tiempo e inclusive perdimos contacto. Pues ni modo, creo que sería buena idea arreglar ese asunto pendiente que había quedado.
Fui a casa de Anacleta y casi me desmayo cuando veo en las condiciones en las que estaba. También me sorprendí mucho cuando comenzó a contarme su historia durante estos años que habían pasado. Ahora, tampoco voy a contar por acá qué pasó ni nada, pero sí puedo decirles que cambió muchísimo y para mal. Tan sólo uno de los problemas era su alcoholismo que había adquirido en ese tiempo.
No sé si afortunada o desgraciadamente no la he vuelto a ver. No he tratado de comunicarme con ella, pero creo que es lo mejor. Yo creí que podía haber sido uan reconciliación, pero no lo fue y creo que ahorita, viéndolo en retrospectiva, fue mejor.
La vida da muchas vueltas, pero el estilo de vida que uno adquiere lo labra uno mismo. Digo, todos cambiamos, sería muy triste no cambiar toda tu vida puesto que la experiencia que uno va adquiriendo nos hace más fuertes y más conocedores. No podemos tener a los 23 años una mentalidad de 13 o de 15. Creo que por más problemas que podamos tener y que se los queremos achacar a algo, creo que se puede superar (claro, algunos problemas más complicados que otros, pero de que se puede... se puede siempre y cuando uno quiera). Espero y Anacleta haya cambiado de manera positiva. En cambio a Procopio... mejor ni hablamos de él. No me interesa mucho hablar acerca de él.
Creo que queda en nosotros ver cómo queremos que vaya nuestra vida.
Cerrando el folder de los recuerdos para la Base de Datos de Lalo,
Lalo.
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